domingo, 3 de agosto de 2014

Tribus salvajes de más allá del Muro.


El Pueblo Libre es la denominación que recibe el pueblo que vive más allá del Muro. La gente al sur del Muro los ve como bárbaros y les llaman los salvajes, mientras que el pueblo libre considera que éstos son débiles y blandos. Hay centenares de miles de salvajes separados en cientos de tribus, clanes, pueblos y partidas de saqueadores. Algunos, como los Thenn, viven en comunidades muy unidas, mientras que otros son solitarios y vagabundos, unidos sólo por sus propias necesidades.

Cultura.

Debido a su aislamiento del resto de Poniente, los salvajes permanecen como personas libres, sin estado, ni nobleza ni reyes. Siguen la regla de seguir a quien consideran como su líder, pudiendo cambiar de opinión en cualquier momento. Creen que los dioses hicieron la tierra para que todos los hombres la compartieran y que cuando llegaron los reyes, con sus coronas y espadas de hierro, éstos se apropiaron de la tierra, reclamándola como suya y de nadie más.

Su sociedad está estructurada en tribus y clanes esparcidos en cientos de aldeas pequeñas, cada una con sus propias peculiaridades y costumbres.

La mayoría de los salvajes no han hecho avances significativos en materia de tecnología. Algunos son semi nómadas y otros se agrupan en comunidades sedentarias. Las “leyes” son básicas y casi no existen derechos de propiedad. Toman lo que pueden y mantienen lo que pueden, siguiendo las costumbres de los Primeros Hombres. Aunque coexisten muchas lenguas, la más hablada es la Antigua Lengua de los Primeros Hombres. La costumbre de más importancia es que un hombre cumpla su palabra.

El Pueblo Libre odia más a los Hombres de la Guardia de la Noche que a los Norteños. Los cuervos, como llaman a los hermanos negros, representan el obstáculo primario para permanecer al norte del Muro. Aunque entre los salvajes y los cuervos hay conflictos a menudo, no están más allá de cualquier forma de cooperación, ya que algunos Hermanos perdidos han sido ayudados por salvajes, y la Guardia a veces adopta niños salvajes y los cría para convertirlos en Hermanos de la Guardia.

Costumbres.


Manteniendo el espíritu de independencia del Pueblo Libre, las mujeres son bienvenidas a la hora de tomar las armas y pelear lado a lado con los hombres, las que son llamadas mujeres del acero.


Tienen poco interés en la institución del matrimonio. Aun así, se espera que los hombres rapten a las mujeres que quieran por esposas desde otras tribus o clanes, y de ellas se espera que se resistan y luchen todo el camino hasta el hogar del hombre. Los hombres pueden raptar hijas, pero nunca esposas de otros hombres. La mujer que se case con un hermano, su padre o algún miembro de su clan ofende a los dioses y es maldecida con hijos débiles y enfermizos. Aunque es percibido como el extremo opuesto del amor cortés de Poniente, su objetivo es establecer la fuerza y determinación del hombre, así como la independencia y habilidad para defenderse de la mujer.

Es considerado mala suerte nombrar a un niño antes de que cumpla dos años, debido a la la alta mortalidad infantil más allá del Muro.


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